sábado, 4 de julio de 2009

Ley Scout 2
"El Scout es leal y digno de toda confianza"

Una persona es digna de confianza cuando sus actos y sus palabras son coherentes con su vida interior. El hombre y la mujer en quien se puede confiar, dice lo que cree y cree lo que dice. Es una apertura interior que nos permite encontrarnos con la persona tal cual es.
Es la sinceridad, la franqueza, la autenticidad, la coherencia, la buena fe. Es el reverso de la hipocresía, la mentira, los dobles estándares, la inconsecuencia, la mala fe.
Para ser digno de confianza hay que amar la verdad y ser fiel a lo verdadero. Se trata de vivir y de pensar -en la medida de lo posible- en verdad, aun al precio de la angustia o de la desgracia. Es no mentir al otro ni a uno mismo. Es saber que más vale una tristeza auténtica que una alegría falsa. Un verdadero scout, hombre o mujer, pone su honor en merecer confianza. En que su sí es sí, y su no es no. No cifra su honor en el dinero, el nombre, el éxito, el poder u otras condiciones similares que a menudo enorgullecen a las personas.
Todo su honor reside en que los demás confían en él o en ella porque sus actos son fieles a sus palabras.

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